viernes, diciembre 25, 2009

identidades

Es navidad. Nos reunimos alrededor de la mesa. Recordamos tiempos pasados. De pronto una anécdota de cuando tenía 8 años.

Será que ya no puedo evitarlo, pero cuando mi tía me hablaba sobre esa supuesta yo misma de hace 19 años, no podía identificarme. Tanto tiempo ha pasado ya, tanta libertad adquirida. De aquella los adultos decidían lo que se hacía. A mí me incomodaba no estar en mi terreno, porque no era capaz de apropiarme del lugar en el que me iba a tocar pasar una temporada.

Los recuerdos estaban ahí, lo cual supongo que en mí es sorprendente, con esta mala memoria que Dios me ha dado para mi propia vida. Pero estaban menguados, recordaba fragmentos, impresiones, la sensación de haber aguantado porque sabía que era algo transitorio. Además estaba con mi familia, aunque ciertas partes de ella me resultasen ligeramente aterradoras (por ejemplo, mi abuelo, con su aura de respeto e inaccesibilidad).

Y pese a no identificarme en absoluto con esa niña -desde fuera parecen tener más claro que hay alguna suerte de identificación o continuidad-, no podía evitar pensar qué me habría pasado en aquella época, si algo de lo que me hubiese pasado me habría marcado de manera indeleble...

Tensiones siempre. Identificación y falta de identificación. El eterno dilema de la personalidad, de sus múltiples orígenes -sociales, materiales, psicológicos, traumas, sorpresas...-.

¿Por qué no soy capaz de dejar de pensar ni siquiera en vacaciones ;)?

Felices reuniones familiares :)

Etiquetas: ,