miércoles, junio 28, 2006

Aguirre está pensando en bombardear nubes con yoduro de plata para tener más agua en Madrid.

¿Funcionará? Por lo visto los israelíes llevan empleando este método desde hace 30 años y consiguen un 19% más de precipitaciones.

Estoy a favor de los avances científicos, aunque como siempre me resulta difícil dejarme llevar por una fé ciega en la bondad de los progresos de la ciencia, y me pregunto qué consecuencias medioambientales tendrá. De todos modos, en un mundo donde cada ser humano se preocupa por su supervivencia y la de sus allegados ¿es ilícito intentar conseguir la mejor parte del pastel? ¿Está bien que Esperanza Aguirre busque la manera de hacer que Madrid pueda seguir creciendo sin verse limitada por la escasez de agua?

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La historia indica que siempre hay que avanzar, que quien no se mueve, retrocede. Creo que Aguirre hace bien intentándolo todo para conseguir agua para Madrid. No es a cualquier precio. Parece ser que no existen riesgos contaminantes y que es un sistema harto probado en Israel. Un voto de confianza, por favor.

7:08 p. m.  
Blogger Laura said...

Confio en que las intenciones de Aguirre son conseguir lo mejor para Madrid, y de manera egoísta, si creyese que voy a vivir siempre en Madrid, me parecería bien, porque es preferible vivir en donde mejor se vive del planeta que donde se vive peor.

He leído el artículo (y lo he linkeado, no sé si lo has notado) y sé que parece que todo vaya a ser fantástico, aunque Narbona no considera probada la eficacia, pero incluso eso lo puedo atribuir a sus motivaciones políticas más que a las pruebas que se tengan.

Sobre lo que quería llamar la atención es que la ciencia suele tener efectos secundarios no siempre planeado ni intuidos.

Vivimos en un planeta que el ser humano va modelando a su antojo en la medida de sus posibilidades. Y ese planeta ¿no empieza a dar signos de agotamiento? El problema es que tampoco me atrevo a hacer juicios excesivamente duros. Siempre se han extinguido especies, y la evolución demuestra que la vida es capaz de adaptarse (dicen que ratas y cucarachas sobrevivirían a una hecatombe nuclear). La cuestión que queda es ¿a qué altura del camino se quedará la especie humana? ¿En qué mundo queremos vivir?

Me preocupa porque en los países desarrollados, si bien tenemos a nuestra disposión información sobre el significado de nuestras acciones, preferimos ignorarla o atenernos a la más halagueña.

¿Cabe ser censurada esta actitud? ¿Acaso no es pura cuestión de supervivencia? Supongo que lo que me irrita es ese picor que ocasiona el que haya contradicciones entre la teoría (que hay que hacer todo lo posible porque el planeta no se degrade con excesiva rapidez) y la práctica (no hacemos todo lo posible mientras eso no resulte rentable).

11:59 p. m.  
Blogger Kineas said...

Oh, sí, siempre hay que avanzar. Y si pisamos la cabeza del contrario mejor que mejor.

Que llueva en Madrid... a cambio de reducir la humedad ambiente y reducir la posibilidad de que llueva en ¿Castilla la mancha, León, Valencia, Aranjuez? Es absurdo. El agua que hay arriba acabará abajo, sea en forma de lluvia, roció o condensación, y si la fuerzas a bajar en Madrid dejará de bajar en otro lado.

¿Los israelíes lo hacen con éxito? Punto 1: Al lado tienen el mar, y antes de que llueva allí, mejor que lo haga en tierra.
Punto 2: ¿Quién está más allá de sus fronteras? Oh, sorpresa.

Anda ya.

12:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pues yo creo que Esperanza está haciendo lo correcto. Precisamente si el mundo está yendo de mal en peor, es conveniente asegurarse de que a Madrid le vaya a ir bien. Al fin y al cabo es la capital, y todo el mundo parece querer vivir aquí, Castilla está prácticamente despoblada.

3:45 p. m.  
Blogger Laura said...

Pero ¿no sería más razonable que se promoviesen políticas de dispersión de la población, en lugar de fomentar la concentración en Madrid? Personalmente me agobia que haya tantísima gente, y ya sé que es precisamente porque hay tanta gente que hay tanta oferta cultural en Madrid, pero prefiero el modelo de ciudades de tamaño medio que se está promoviendo en el resto de Europa.

10:02 p. m.  

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