No sé por qué extraña razón en época de exámenes (en la que ahora mismo me encuentro inmersa) me apetece hacer de todo menos estudiar... Por ejemplo, ayer fui a escuchar a una compañera de carrera , pero que ya está escribiendo su tesis, y desde luego me alegro de haberlo hecho.
Me sorprendió que nos contase que el primer registro que se tiene de esta enfermedad es del 1874, y el caso era el de una mujer que había dejado de comer. Su médico consignaba que se trataba de una mujer que había cursado estudios universitarios pero que luego se había casado, quedando constreñida al modelo imperante de mujer. Por lo visto ese fue el perfil de las mujeres anoréxicas durante un tiempo, antes de que se convirtiese en el que es hoy (no soy una experta en esto, pero por lo que he leído como todos ustedes: una mujer / joven a la que se le dan bien los estudios, con fuerza de voluntad y que tiene una percepción alterada de su cuerpo). Parece relevante que sea una enfermdedad preferentemente de mujeres -lo cual no significa que no haya varones que la padezcan-. Esta enfermedad puede acabar en muerte por debilidad absoluta del organismo.
No sé qué es lo que tiene para que me fascine tanto, para que me parezca un tema interesante. ¿Será que se toma la decisión de renunciar a la vida? - algo que he descubierto que es falso, no renuncian a ella (salvo por el pequeño detalle de que pueden acabar muertas, claro), al revés, por lo que nos contaron es gente tremendamente activa, no sólo en los estudios, sino también deportistas, por lo que nos contaron ellas no son consciente de su mal estado de salud, se encuentran sanas.
¿Será que es una afección típicamente femenina? - ¿por qué esa manera de enfrentarse a los problemas? Aparentemente a través de esa transformación de su cuerpo buscan alcanzar una posición social determinada. Para mí es interesante que se reclame una vida mejor renunciando de alguna manera a ella, dejar de comer es algo que han hecho en todas las épocas las figuras santas o los chamanes: viviendo del aire, uno se vuelve puro, el alma se eleva, se acerca a la divinidad, renunciando a lo carnal aspiran a un bien mayor que al que aspiran la mayoría de los mortales.
Me impresionó mi compañera, me hizo sentir gran admiración por ella, por ser capaz de elegir un campo de estudio en el que se descubren realidades dolorosas y por tratar de conocerlo, integrar todos los puntos de vista, sacar a la luz la complejidad de una enfermedad que parece que tendamos a convertir en estereotipo.
Ese mismo día salía en los periódicos el titular de que la ministra de sanidad, Salgado, sigue promoviendo medidas para que no se fomente la delgadez extrema desde el sector textil. Me sorprendió la coincidencia.
