martes, febrero 20, 2007

Filosofía de la sospecha

Bajo este común denominador están agrupados Freud y Marx (y sé que había un tercero, pero no recuerdo quién ¿era Nietzsche? En fin, si tengo tiempo de mirar mis apuntes de 4º ya lo añadiré).

¿Qué tienes de característico? Pues como su nombre indica, que no se fiaban de nada. Concretamente no se fiaban de las apariencias. Donde todos veían una realidad sin dobleces, ellos estaban seguros de que había algo oculto, algo que explicaba por qué las cosas eran así.

Freud se inventa el inconsciente, Marx la plusvalía. En ambos casos surgieron detractores que negaron toda validez a sus afirmaciones por el hecho de ser indemostrables. ¿Cómo demostrar una realidad que por su misma forma de ser es indemostrable, se oculta?

Exactamente la misma acusación recibió Darwin, que en realidad la evolución era indemostrable (y de hecho en su época era difícil de demostrar, puesto que aún no se había desarrollado la teoría genética -Mendel le envió una copia de sus experimentos, pero Darwin ni siquiera se molestó en separar las páginas-).

Es curioso cómo el pensamiento pone en la realidad cosas que no están ahí, pero que una vez puestas por la teoría de pronto se ven. La pregunta de si somos capaces de percibir aquello cuya existencia negamos no es baladí...

De eso trata la Crítica de la Razón Pura de Kant, su famoso "giro copernicano" fue la reclamación hoy en día indudable, de que el ser humano no es un mero receptor pasivo de información, sino un generador de realidad, incapaz de ver ciertas cosas.

Ya he empezado las clases. Son bonitas. Pero sigo sin ser capaz de separar lo que estudio de lo que vivo. ¿Cambiará eso cuando me incorpore al "mundo real" laboral?

¡Un saludo!

viernes, febrero 16, 2007

Cartas que no llegan a su destino

Hay algo que hago con cierta frecuencia desde hace mucho tiempo: escribir a aquellas personas a las que quiero decir algo.

Resta decir que son personas con las que no tengo suficiente confianza para hablar con ellos. Y de hecho ni siquiera las considero lo suficientemente cercanas como para hacerles llegar esos pensamientos.

Esa costumbre aparentemente absurda tiene un fundamento razonable: la distancia existente entre la imagen que yo tengo de una persona y la realidad de esa persona. ¿No te pasa a menudo que sientes que estás proyectando muchas emociones sobre una persona que en realidad no ha hecho nada que te induzca a creer que pueda apreciar esas emociones?

¿Por qué suceden esas cosas?

Estoy leyendo un libro de Zygmunt Bauman "Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos". Aún no lo he terminado, quizás cuando lo haga, y vea hasta donde conducen sus reflexiones, postee al respecto, hasta ahora plantea cómo las relaciones humanas se están viendo afectadas por la metáfora económica que articula nuestra organización social.

En fin, antes de empezar a hablaros sobre Mauss, creo que pondré un punto para finalizar al menos transitoriamente este post.

domingo, febrero 11, 2007

Examen de la Escuela Oficial de Idiomas

Por si acaso alguien andaba pensando en sacarse algún examen de la escuela oficial de idiomas por libre (oye, nunca se sabe quién estará leyendo esto), que sepan ustedes que el plazo es hasta el día 15.

Yo personalmente me sigo apuntando a las nuevas tecnologías y lo he hecho por internet ¡¡¡facilísimo!!


Aquí tenéis la dirección:

http://www.educa.madrid.org/portal/c/portal/layout?p_l_id=3889.1

miércoles, febrero 07, 2007

125 El hombre frenético

¿No habéis oído hablar de aquel hombre frenético que en la claridad del mediodía prendió una lámpara, corrió al mercado y gritaba sin cesar: «¡Busco a Dios, busco a Dios!»? Puesto que allí estaban reunidos muchos que precisamente no creían en Dios, provocó una gran carcajada. «¿Es que se ha perdido?», dijo uno. «¿Se ha extraviado como un niño?», dijo otro. «¿O es que se mantiene escondido? ¿Tiene temos de nosotros? ¿Se ha embarcado en un navío? ¿Ha emigrado?» - así gritaban y reían confusamente. El hombre frenético saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿A dónde ha ido Dios?», gritó «¡yo os lo voy a decir! ¡Nosotros lo hemos matado –vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos! ¿Pero cómo hemos hecho esto? ¿Cómo fuimos capaces de beber el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar todo el horizonte? ¿Qué hicimos cuando desencadenamos esta tierra de su sol? ¿Hacia dónde se mueve ahora? ¿Hacia dónde nos movemos nosotros? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos continuamente? ¿Y hacia atrás, hacia los lados, hacia delante, hacia todos los lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No erramos como a través de una nada infinita? ¿No nos sofoca el espacio vacío? ¿No se ha vuelto todo más frío? ¿No llega continuamente noche y más noche? ¿No habrán de ser encendidas lámparas a mediodía? ¿No escuchamos aún nada del ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿No olemos aún nada de la descomposición divina? – también los dioses se descomponen. ¡Dios ha muerto! ¡Dios permanece muerto! ¡Y nosotros lo hemos matado! ¿cómo nos consolamos los asesinos de todos los asesinos? Lo más sagrado y lo más poderoso que hasta ahora poseía el mundo, sangra bajo nuestros cuchillos -¿quién nos lavará esta sangre? ¿Con qué agua podremos limpiarnos? ¿qué fiestas expiatorias, qué juegos sagrados tendremos que inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿No hemos de convertirnos nosotros mismos en dioses para, sólo para aparecer dignos ante ellos? ¡Nunca hubo un hecho más grande –y quienquiera que nazca después de nosotros, pertenece por la voluntad de este hecho a una historia más alta que todas las historias habidas hasta ahora!»

Aquí calló el hombre frenético y miró nuevamente a sus oyentes: también éstos callaron y lo miraron extrañados. Finalmente lanzó él su lámpara al suelo, que saltó en pedazos y se apagó. «Llego muy temprano», dijo luego, «todavía no estoy a tiempo. Este acontecimiento inaudito aún está en camino y peregrina –aún no se ha adentrado hasta los oídos de los hombres. El rayo y el trueno necesitan tiempo, la luz de las estrellas necesita tiempo, los hechos necesitan tiempo, aún después de que han sido hechos, para ser vistos y escuchados. Este hecho les es todavía más lejano que la más lejana estrella -¡y sin embargo, ellos mismos lo han hecho

Se cuenta que aquel mismo día el hombre frenético irrumpió en diferentes iglesias y en tonó su Réquiem aeternam deo [Descanso eterno para Dios]. Sacado de ellas e impelido a hablar, sólo respondió una y otra vez: «¿Qué son aún estas iglesias, si no son las criptas y los mausoleos de Dios?»


NIETZSCHE La ciencia Jovial

sábado, febrero 03, 2007

El método misterioso

Nos contaba ayer un amigo que existe un método que enseñaba a los hombres a conquistar a las mujeres que se les antojase para acostarse con ellas (atención, el objetivo era subir la propia autoestima, en ningún momento resultaba relevante que la chica le gustase a uno y desde luego no era un método para encontrar pareja, eso estaba prohibido, a los tres encuentros había que poner fin a la relación).


¿En qué consistía el truco? Bueno, tenías que conseguir hacer que la mujer en cuestión se sintiese hecha una mierda, herir su autoestima de tal modo que ella se arrojase a tus brazos (no sé con qué razonamiento, supongo que vendrá siendo algo así como para demostrarte lo equivocado que estás, porque no ves lo estupenda que es ella).

Pensar que una persona da clases para que otros hombres se comportasen así me pareció tan terrible como pensar que de hecho quepa la posibilidad de que ese sistema de ligue funcione.

¿En qué mundo vivimos? ¿Cómo es posible que un grupo de 'caballeros' decidan aumentar su autoestima a base de hundir la de las damiselas que les venga en gana? ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad de que esa estrategia tenga éxito y por qué no nos las cargamos?

Personalmente, creo que hace tiempo que lo único que consigue un hombre metiéndose conmigo es que le retire la palabra, pero dicen que 'cuando el río suena, agua lleva' y es cierto que el mito es que a las mujeres nos gustan los tipos duros.

El mundo siempre ha sido un lugar extraño, pero desde aquí querría hacer un llamamiento a la cordura:

Respetensé a sí mismos, y quizás así algún día sean capaces de disfrutar con ese maravilloso descubrimiento que de vez en cuando son los otros, en lugar de intentar hacerles sentir miserables para no sentirse solos en ese sentimiento...